Aunque todavía viven las mieles de su apabullante triunfo
en la final en Moscú del Festival de Eurovisión 2009,
triunfo que ya ha puesto en marcha un gigantesco aparato de organización
para celebrar el próximo Grand Prix de la canción
en este reino, no quieren silenciar el recién surgido escándalo,
calificado de «tongo» por casi todos y de «falta
técnica» por los responsables, que hizo «esfumarse»
o desaparecer los votos de esta nación enviados a Moscú
el sábado de la final.
Según denunció Stieg Malme, jefe de la delegación
noruega en Moscú, la EBU, European Brooadcasting Union,
organización responsable del Festival, durante el recuento
de votos se produjo un «fallo técnico» que
eliminó todas todas y cada una de las llamadas de los ciudadanos
noruegos a Rusia. Por lo tanto únicamente se añadió
a la lista de participantes los 51 votos concedidos por el jurado.
Es decir, todos estos nórdicos votantes, enviaron sus «esemeses»
(sms) en vano y los concursantes no pudieron favorecerse con sus
decisiones. También desaparecieron de un plumazo cientos
de miles de miles de coronas de los votos noruegos. Recordemos
que cada sms costaba 5 coronas y que los usuarios podían
enviar el mismo mensaje 20 veces.
A pesar de que se han celebrado varias reuniones de urgencia
entre Noruega y la EBU, y por bien que los escandinavos reclaman
un recuento posterior o la emisión, por lo menos, de un
comunicado oficial sobre lo ocurrido, la realidad es que el caso
se ha cubierto con un tupido velo y nadie puede, o quiere, desvelar
el misterio de esos votos. Y, mientras se descubre el intricado
misterio, los implicados siguen sin querer asumir responsabilidades.
Se achaca la tremenda falta a las operadoras de telecomunicación
Telenor y Digame. Telenor, por medio de su jefa de información,
Elisabeth Evjen, en unas declaraciones al Dagbladet, comenta que
no comprende lo que ha pasado ya que «todo se realizó
con la rutina adecuada». Esa dama quiere dejar bien claro
que los sms se registraron y «pasaron» al sistema
de Eurovisión de la suboperadora Unwire, y que la alemana
Digame era la responsabe de recibir y colectar las llamadas telefónicas,
o sms de las 42 naciones participantes. Por su parte el Jefe supremo
de la EBU, el sueco Stockselius, opina que el problema comienza
en Telenor y que esta empresa tendrá que responder de los
votos y del dinero esfumados. Así las cosas, bien pudiera
ocurrir que de encontrarse esos votos furtivos, la lista final
pueda sufrír un gran cambio y aquellos que quedaron a la
cola, como nuestra Soraya, obtengan mejores posiciones.
ABC.ES
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